ANTE LA PROXIMIDAD, RESISTENCIA

Porqué ante alguien que nos brinda su proximidad, su afecto o amistad, nuestra primera reacción suele ser, ¿que querrá? algo trama...

Situaciones cotidianas:

Subimos a un ascensor, en el hay ya varias personas.

• Hola, ¡buenos días!
• Todos responden cortésmente pero por compromiso y siguen mirando, uno arriba, otro a sus zapatos, otro saca su móvil y lo revisa, ningún contacto visual prevalece....No lo queremos.

Me fijo mucho en los actos y gestos de la gente, creo que los sentimientos ya no andan por las calles, deben estar aparcados en alguno de esos modernos almacenes trastero que sirven para guardar lo inservible.
A veces observo a individuos acompañando a su mayores. Los siguen a corta distancia tras su lento caminar y en el mejor de los casos, los sujetan levemente. No hay casi palabras, ni gestos cómplices , parecen que se avergüenzan ¡qué molestia! ¡qué incordio! son tus raíces, joder!!...No hay cariño.

Vivo en una pequeña urbanización, ocurre que de tanto en tanto nos quedamos sin agua debido a alguna avería como siempre indeterminada. El otro día pasó esta circunstancia y me dispuse a cargar en mi coche 5 ó 6 garrafas vacías.
En la urbanización somos 4 gatos y no nos llevamos ni bien ni mal, digamos que no nos llevamos, pues bien... arranqué el vehículo y una calle más abajo me encontré con una señora mayor, soy malo calculando pero creo que al menos 70 años tendría. Llevaba en su mano una garrafa vacía, de esas grandes, pasé por su lado, no me paré. Al instante pensé y me dije, ¡que cojones! no me cuesta nada ayudarla.
Di la vuelta y detuve el coche a su altura, estaba parada mirándome y la interrogué:

• Buenas señora, ¿quiere usted que le llene la garrafa? no me cuesta nada, iba a hacerlo con unas cuantas que llevo en el maletero...
• No hubo respuesta, la señora se giró.
• Tranquila soy vecino suyo, una calle más arriba,  ¿quiere usted que le llene la garrafa? insistí
• No gracias, !majo¡ mi yerno esta tarde me trajo el agua que necesito, la garrafa ésta es vieja, la iba a tirar. Pero gracias, muchas gracias...

1. Recapacité y pensé, lo tenía que haber hecho a la primera, pero rectifiqué, algo es algo. Tengo base.
2. La señora no respondió sorprendida y más tarde lo hizo alagada. Confirmación de la teoría.
3. Con independencia del resultado final, me sentí bien. Mi premio.

¿Porqué somos capaces de dar nuestro cariño virtual y apadrinar a un niño que está a 3000 kilómetros., y ni siquiera sabemos  como se llama el hijo de nuestro vecino que debe tener la misma edad?

Las personas se mueren menos. Falso. Cada vez conocemos menos personas.

Conozco gente que se ama sin conocerse y mucha más gente que no se ama por miedo a conocerse.

No seamos remilgados en nuestros ofrecimientos y aprovechemos abiertamente las llamadas de la amistad. La proximidad y el contacto nos frena, son una dura resistencia.