JAPON Y LA CIENCIA

Cuando ocurren situaciones o acontecimientos como los actuales, este minúsculo ser humano perteneciente a lo que se denomina humanidad, se plantea ciertas cuestiones sobre nuestro desarrollo, sobre la evolución de la ciencia.
Mi conclusión final, no es solo mía, os animo a que leáis este articulo especialmente.

Lo que está pasando en Japón se veía venir, ojalá no ocurra el desastre por el bien de todos, no obstante se demuestra nuevamente que el ser humano ha fracasado.

Controles para medir la radiación

Siempre contemplamos la ciencia como un instrumento necesario para el avance, desarrollo y generación de bienestar para todos, en la mayoría de los casos es así, pero en ocasiones como el que nos toca pasar ahora vemos que la ciencia ha sido perjucicial y contraproducente. La ciencia, por poner un ejemplo, consigue crear nuevos tratamientos y fármacos para mejorar nuestra calidad de vida, esa ciencia tangible, llega a nosotros una vez superados unos controles. Cualquier nuevo fármaco o vacuna se produce masivamente cuando ha sido suficientemente testeado, se sabe de su beneficio y se sabe de sus posibles efectos secundarios, para ellos además de las advertencias a modo de contraindicaciones existen antídotos o alternativas para su uso. Digamos que salvo errores, que los han habido, es un tema científico más o menos controlado.

Si cambiamos de tercio y usamos la ciencia para fines bélicos ya ni os cuento, entre la codicia y la mente diabólica de algunos la cantidad de muertes inocentes que han ocasionado. Pero me voy a centrar en el tema en cuestión, la energía nuclear.

Hoy en día, nada es altruista, olvidémonos de una vez de ese mundo utópico y feliz, aquí todo son intereses y manipulaciones. Cuando se diseña una de estas centrales se hace por profesionales y se dimensionan los posibles errores con un gran margen, sencillamente porque no todos son controlables y hay que al menos prevenir las casuísticas mas habituales. Sin duda las centrales nucleares niponas estaban concebidas inicialmente para soportar no solo terremotos sino también tsunamis como el que ha originado el desastre. Digo inicialmente porque después sin duda vinieron los recortes con el fin de optimizar la inversión y conseguir lo que se llama un business case positivo (negocio rentable) a medio o corto plazo. Vinieron los directores del proyecto y sin duda para conseguir su objetivo de negocio, recortaron en seguridad, que es lo que siempre se hace, no sé, deben ser "extraterrestres" y piensan que a ellos o las generaciones venideras nada les afectará...

Y no lo digo yo son palabras de Yuli Andreyev (Rusia) experto en la materia:
"¿Cómo puede diseñarse una central en una zona de alto riesgo sísmico, al lado del océano, con los generadores de emergencia en superficie? No es un error, eso es un delito"
En Japón, país donde se cuenta que todo se hace como se debe, la localización de las centrales junto al mar es la más barata y por tanto rentable, si eso ocurre allí el temor me invade pensando como serán en otros países de "segunda" fila en materia nuclear las construcciones .
La rentabilidad y el negocio están por encima de todo, ojalá acabar con el hambre fuera rentable, pero eso no lo es y cada día mueren miles de niños por ese tema.

ANECDOTARIO II: COR CALIU

Un par de veces a la semana debo bajar a la ciudad.
Es por la tarde y siempre me tomo algo en este local "Cor Caliu" (corazón cálido), la verdad es que me va perfecto por su ubicación y lo cómodo que me siento, voy casi siempre con mi niña, a ella le gusta subirse por los cómodos sofás que amueblan ese espacio medio retro, una pequeña joya en esta maravillosa ciudad, además el servicio es excelente.

Me gusta también por el ambiente, algunos clientes forman grupos seducidos por la atmósfera y tertulian sobre poesía o literatura en general, es agradable ese murmullo. Otros simplemente charlan, yo meriendo, que poco académico verdad, pero observo, me gusta observar discretamente a la gente mientras mi pequeña disfruta de sus tostadas y yo del café con leche o del capuchino.

Cor Caliu (Barcelona)

El local lo pueblan en su mayoría "parejitas" en busca de intimidad, refugio y complicidad, allí es donde quiero ir a parar, ¿cuántas vueltas doy verdad? bueno me recreo un poco ya sabéis que me gusta esto de darle a las teclas. Lo que quería deciros, una vez situados en este entorno, es que las parejas de hoy en día están cambiando.
Continúa el amor, eso es evidente, pero las distancias han aumentado y los prejuicios disminuido.
Cada vez veo a más chicas jóvenes con personas veteranas y al revés, jóvenes atraídos por mujeres serenas y maduras. Siempre me habían dado la sensación de relaciones provisionales, ahora no tanto, son muy habituales y todo es aceptable sin reparos ahora por el convencionalismo que incluso yo tengo.
Se besan poco, casi furtivamente, pero son los más jóvenes los que toman la iniciativa, son curiosas sus miradas mezcla de deseo y sumisión, a la espectativa. Pero bello, como es el amor.

Supongo que los jóvenes exploran lo que no encuentran en los ejemplares de su generación y buscan en hombres y mujeres el contrapeso relacional y la madurez que no existe en la mayoría de sus contemporáneos.
 
 

25 AÑOS

Seguramente a casi nadie le interese lo que voy a escribir, simplemente tengo la necesidad de hacerlo y compartirlo con vosotros.

Hoy se cumplen 25 años desde que mi padre nos dejó. Un domingo se acostó y un lunes 10 de marzo de 1986 de madrugada ya no se despertó.
Se fue demasiado pronto.
En esta fecha lo recuerdo especial e inevitablemente, permitdme que os diga lo que le debo a mi padre.
Supongo que le debo mi espíritu luchador, reivindicativo, de clase obrera, él lo era, y que en el fondo es como yo me siento aunque reconozco que aunque ahora me va mejor de lo que nunca hubiera imaginado, sigo pensando de ese modo. Le debo la cabezonería y el sentido del humor (mirad la foto), le debo el amor y respeto hacia sus hijos, los mismos valores que yo intento transmitir a los míos.
Le debo la vida y la soledad de no tenerlo. Le debo el inmenso cariño de y hacia mi madre y que la unión con mis hermanas se consolidara en extremo. Le debo haberme hecho autosuficiente en muchos aspectos, ser capaz de ir tirando con todo, la motivación irrenunciable de sacar primero a mi familia y luego mi vida adelante. Le debo su obstinación, le debo mi profesión, que me impusiera a regañadientes míos mi futuro... pero no se equivocó.
Resumiendo le debo, además de haberme concebido, buena parte de ser como soy. Eso está bien, no me quejo, tengo mis problemas y mis tareas por resolver como cualquier otro y como digo "soy mejorablemente feliz", pero feliz al fin y al cabo. Y siento que el a su manera me acompaña en las orillas de mis sienes.

Como casi siempre lo he escrito del tirón, porque lo que llevo aquí dentro no precisa de ningún filtro ni de ningún corrector.
No estoy triste, ya ha pasado mucho tiempo, pero nunca lo recordé tan abiertamente ni de este modo y quería hacerlo.
Gracias y perdonad que hoy os cuente mis cosas.
Juan

ANECDOTARIO I: LAS COSAS SON COMO SE DICEN

Estaba una tarde haciendo unas compras en el mercado, compraba las viandas para una cena en casa con amigos que tenía ese mismo viernes.
Me gusta comprar en el mercado por el trato más detallista y cuidadoso de los tenderos, a algunos ya le coges cariño y ellos a ti, no como en el super que parece que hasta les estas molestando cuando pides ayuda.

Claudio me atendía como siempre, sin prisas, cuando apareció en escena una señora muy mayor interrumpiendo con respeto con una pregunta:
- Perdón, solo quiero saber si tiene...

- ¡Por supuesto! aquí hay de todo -respondió Claudio- un momento señora que acabo de atender a este chico y estoy con usted.

- Ve señora porqué vengo a comprar aquí, porque me llama aún chico y ya tengo mis años, ¿no le parece? -respondí.

- ¡Hombre Juan! tú y yo somos contemporáneos, apenas meses nos llevamos -respondió el tendero vanidosamente- esta señora en cambio, casi nos dobla en edad.

- ¡Qué poco tacto tienes Claudio! Esta señora lo que sin duda tiene es mucha experiencia.

Calló el tendero y abrió los ojos, asintiendo con la cabeza como si hubiese aprendido la lección. La señora me cogió del antebrazo con ambas manos y me dijo:

- Cuanta razón tienes hijito, si yo te contara...

Fue bonito, me sentí halagado con su gesto amable y cariñoso. Y es que yo valoro mucho a la gente mayor, su lucha, su honor y siempre los veo como mayores en vivencias y experiencia. Me pasaría horas aprendiendo y escuchando sus historias.
De ellos aprendí a pensar como se tienen que decir las cosas.