EL VESTIDO

En ella la tela discurría como una segunda piel, lamía las curvas perfectas de su cuerpo, realzaba el indescriptible color de sus ojos, sus firmes senos, hasta sus labios revivían más rojos y más jugosos. Él lo sabía, ella lo utilizaba como gancho, para recuperar aquella vieja historia finiquitada.

Claudia se agarra a sentimientos equivocados y deja pasar oportunidades que más tarde siempre intenta recuperar. Esteban le da cuerda, sigue su juego, pero sabe que está cada dia un poco más lejos.

Es curioso como ella empieza todo y no acaba nada, no deja nada al olvido y sigue lastrando con todo.
Debe ser algún tipo de adicción, formula el chico para sus adentros, eso o el miedo a quedarse sola.
Quien no iba a fijarse en semejante cuerpo, en esa larga cabellera azabache que cubría sus desnudos hombros.
Esteban la quiso tiempo atrás, pero ella siempre le impedió el paso ahogada en su propia inseguridad, por eso siempre acudía a amortiguar sus caídas, cuando ella lo llamaba.

"Qué suerte tengo de tenerte, aunque sea a ratos" él le susurraba al oído, mientras ella mostraba a todo el entorno su sonrisa más perfecta.
"No seas tonto, sabes que te quiero, siempre será así"
Empezaba el juego. Acariciando su pelo deslizaba lentamente su mano por la espalda de Claudia, se paró en su cintura y le dijo refiriéndose al vestido:
"Entonces ¿puedo llevármelo puesto en ti?"